Protocolos intravenosos como complemento cuando aportan valor: energía y recuperación, inmunidad, soporte metabólico, enfoque cognitivo y antioxidantes. Siempre dentro de un plan de 16 semanas.
Soporte para periodos de alta carga laboral/deportiva. Hidratación, electrolitos y micronutrientes clave.
Apoyo en épocas de mayor susceptibilidad. Priorizamos seguridad y evidencia.
Complemento a fuerza, Z2 y nutrición real. Nunca aislado, siempre dentro del plan.
Apoyo puntual en días clave. Prioridad al sueño y a la gestión del estrés.
En contextos específicos y con indicación. Evaluamos beneficio/riesgo individual.
Diseño a medida según biomarcadores, objetivos y tolerancia. Lo importante es que sume, no que “luzca”.
Historia clínica, objetivos y analítica: metabolismo, inflamación y función hepática/renal. Indicaciones y contraindicaciones.
Elección del objetivo (energía, inmunidad, etc.) y calendario dentro del plan de 16 semanas. Educación y expectativas realistas.
Registro de respuesta y tolerancia. Ajustes según marcadores y sensaciones. Siempre como complemento a hábitos.
Primero hábitos, luego extras con sentido. Si suma, lo usamos; si no, no.
Indicaciones: fatiga persistente, alta carga, recuperación lenta, susceptibilidad estacional, objetivos específicos con biomarcadores.
Evaluación previa: revisión clínica y analítica reciente (metabolismo, inflamación, función hepática/renal).
Qué incluye: protocolo IV pautado, educación y seguimiento dentro del plan de 16 semanas.
Contraindicaciones: valorar embarazo/lactancia, insuficiencia renal/hepática significativa, alergias, interacciones.
No sustituye medicación indicada ni hábitos (fuerza, Z2, nutrición y sueño).
Transparencia: evitamos “cócteles genéricos”. Todo se decide por beneficio/riesgo individual.
Primera llamada gratuita (15 min). Te damos tu primer paso claro.